Nuestro sistema de transporte de carga ofrece todo lo que las empresas locales necesitan para prosperar; desde materias primas para las fábricas, hasta productos de oficina. Sin el sistema de carga estaríamos desconectados del resto del mundo.
Pero el transporte de carga también puede tener un impacto negativo en nuestras comunidades. Mientras que el consumo de mercancía transportada en nuestra red crea puestos de trabajo y refuerza nuestra economía, el movimiento de mercancías por camión y tren puede también incrementar la congestión, aumentar la contaminación atmosférica y detener el tráfico en cruces ferroviarios. Los embotellamientos causados por el transporte de carga como resultado de la falta de infraestructura, hacen que sea más difícil que las personas lleguen a sus destinos y que las empresas muevan sus mercancías hacia dentro y fuera de nuestra región; lo que perjudica nuestra economía. La región debe equilibrar esta tensión inherente para que el tráfico de carga sirva como motor para la prosperidad económica con un impacto mínimo sobre las comunidades locales. Tenemos que superar las barreras financieras e institucionales que obstaculizan las mejoras del sistema — como la dificultad de coordinar múltiples transportistas privados dentro de una industria competitiva — al tiempo que trabajamos juntos para producir beneficios tanto públicos como privados.
El aumento a la inversión en nuestro sistema de transporte de carga que requiere el plan VAMOS AL AÑO 2040 mejorará la competitividad económica mediante la reducción de retrasos de viajes y de contaminación y de mejoras en la seguridad.
El sector privado financiará algunas mejoras mediante el curso normal de negocios, pero la inversión pública es necesaria para promover el crecimiento económico así como la salud, la seguridad y el bienestar de los residentes.
Nuestro Rol Nacional Requiere una Voz Regional
En cualquier medida, nuestra región es el eje central de carga por ferrocarril y por camión. Seis de las siete principales líneas de ferrocarril tienen grandes terminales aquí, con casi 500 trenes de carga operando diariamente. Pero aún más mercancía en nuestra región se mueve en camiones, los que llevan aproximadamente 1.5 millones de toneladas de carga anuales comparado con 631 millones de toneladas por ferrocarril.
Pese a ser el centro líder de carga de los EE. UU., el área metropolitana de Chicago no ha tenido una voz fuerte ni ha sobresalido en los cuidados del interés público. Los debates nacionales y las decisiones sobre la circulación de mercancía han sido tradicionalmente dominados por ciudades y estados portuarios.
El movimiento de mercancías es una cuestión regional más que estatal, y es más amplia y más compleja que una simple acumulación de los intereses individuales de los gobiernos de 284 municipios y siete condados. CMAP y sus socios necesitan abordar las necesidades económicas y la eficiencia del sistema de carga mientras que se aseguran de que el área metropolitana de Chicago siga siendo un lugar donde los trabajadores calificados quieran vivir y las empresas quieran crecer.