Si bien patrones de consumo dependen significativamente de preferencias o elecciones personales, las políticas públicas para el uso del suelo, el transporte y muchas otras cuestiones en el plan VAMOS AL AÑO 2040 influyen en la efectividad y la sostenibilidad de nuestros sistemas de alimentos. Para beneficiar la economía y la salud de los residentes de la región, VAMOS AL AÑO 2040 aborda por separado los factores de la producción de alimentos y del acceso a ellos, aunque estén relacionados.
Producción de Alimentos
Los alimentos "locales" — aquellos que se cultivan, transforman, envasan y distribuyen en tierras dentro de o cerca de nuestros siete condados — pueden contribuir a un sentido de comunidad y a la identidad regional. Las prácticas agrícolas, la distribución de alimentos y la eliminación de residuos deberán ser sostenibles, al tiempo que satisfacen nuestras necesidades presentes sin comprometer el futuro.
La producción local y el acceso equitativo a alimentos frescos, nutritivos y de bajo costo, puede beneficiar nuestra economía, medio ambiente, salud pública, equidad y calidad general de vida. Desde granjas comerciales hasta comunidades cooperativas y aun huertos familiares, enfatizar la producción alimenticia local y su acceso puede ayudar a preservar tierras de cultivo en comunidades tradicionalmente agrícolas; puede también revitalizar los vecindarios mediante la agricultura en parcelas vacantes, no utilizadas en los entornos urbanos, donde generalmente no existe.
Acceso a Alimentos
En la mayoría de nuestra región, residentes pueden comprar alimentos en grandes tiendas de abarrotes, pequeñas tiendas de especialidades, o incluso puestos de fruta de la esquina. Los mercados de agricultores que vienen a los vecindarios son cada vez más prevalentes y se están convirtiendo en lugares de reunión social donde los consumidores pueden conocer a las personas que cultivan sus alimentos.
Sin embargo, en partes de nuestros siete condados, demasiadas personas carecen de acceso a alimentos nutritivos, lo que los pone en mayor riesgo de obesidad, diabetes y otras condiciones relacionadas con la nutrición. Nueve por ciento de nuestros residentes de la región viven en "desiertos alimenticios," es decir sin un supermercado cercano. En lugar de alimentarse con productos frescos, a precios razonables, puede ser que dependan de la tienda de conveniencia más cercana, donde los precios son altos y la nutrición es baja. La distancia a los supermercados ha sido relacionada con los aumentos en cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes y enfermedad del hígado, especialmente en comunidades afroamericanas.
La región deberá tratar de lograr estrategias que aumenten el acceso a alimentos frescos y que creen conciencia pública de una buena nutrición, especialmente en los "desiertos alimenticios." Por ejemplo, una ampliación de la relación entre los productores locales de alimentos y los bancos de alimentos haría que los productos frescos fueran más accesibles para personas de bajos ingresos. Lo mismo sería si se permitiera que en los mercados de agricultores, en las comunidades que apoyan la agricultura y que en las tiendas de alimentación no tradicionales, se aceptaran beneficios de asistencia contra el hambre.
A menudo, abordar la producción de alimentos y el acceso requiere diferentes políticas para solucionarse; por ejemplo, la gente necesita acceso a alimentos frescos, nutritivos y de bajo costo, sin importar dónde se produzcan. Pero algunas políticas, como proyectos de agricultura urbana en "desiertos alimenticios," pueden abordar tanto la producción como el acceso.