Para crear comunidades habitables y mantener nuestra región económicamente competitiva, los sistemas fiscales estatales y locales deberán procurar de que el uso del suelo sea más eficaz, de generar buenos empleos y de desencadenar una actividad económica sostenible. Nuestras políticas fiscales deben evitar causar grandes desigualdades entre los hogares, empresas y gobiernos locales y deben ser transparentes y previsibles para los contribuyentes.
Los Impuestos Influencian Decisiones Clave
Los gobiernos en Illinois dependen más de los impuestos sobre la venta y la propiedad que otros estados, lo que puede causar ineficiencias (como las altas tasas de impuestos locales, una multitud de exenciones y limitaciones, o competencia contraproducente entre el uso residencial y el desarrollo comercial) y desigualdades (como las muy diversas bases tributarias de los gobiernos locales entre nuestra región, y el carácter retrógrado del sistema fiscal en general). Estos impuestos influencian decisiones acerca de dónde instalar empresas y dónde construir la vivienda, a menudo distorsionando decisiones sobre el uso del suelo, mismo que podría ser mejor conformado por las fuerzas del mercado.
Nuestro sistema actual del impuesto sobre la venta empuja a las comunidades a una intensa competencia para atraer comercios de menudeo que generan ventas. Ese comercio, incluyendo grandes tiendas y concesionarias de autos, ofrecen menos beneficios económicos en comparación con las repercusiones económicas de empleos con salarios altos y de complejos industriales y de oficinas. Un exceso de dependencia en impuestos sobre la venta puede también dejar a los municipios con escases de fondos cuando las ventas al por menor caen durante las recesiones económicas.
Aunque son la fuente de ingreso más importante para los gobiernos locales, los impuestos a la propiedad varían mucho entre las comunidades. Si están bien diseñados, pueden acoplar las necesidades de servicio local con el valor de la vivienda y las propiedades comerciales y ofrecer una fuente estable de ingresos locales que no cambien drásticamente de año en año. Pero en otros casos, los impuestos a la propiedad pueden crear confusión para los contribuyentes y los gobiernos locales por igual. Por ejemplo, los niveles de evaluación a menudo difieren por condado; hay exenciones especiales aplicables a algunos tipos de propiedades pero no a otros, y los topes a los impuestos locales que impone el estado establecen limitaciones arbitrarias sobre los impuestos locales anuales, además de incertidumbre; todo esto puede crear inestabilidad e imprevisibilidad. Y nuestra dependencia en los impuestos a la propiedad para la educación pública crea grandes disparidades en el financiamiento de escuelas en toda la región.
Políticas Fiscales para Hacer Que Nuestra Región Sea Más Competitiva
Reformar nuestras políticas fiscales mejorará la habitabilidad de nuestra región y mejorará el clima de nuestro sector empresarial mediante la ampliación de la base tributaria, limitando distorsiones en la utilización del suelo, y haciendo que el sistema sea más previsible, transparente y justo. Para guiar estas necesarias reformas, VAMOS AL AÑO 2040 establece un comité de gobiernos locales, empresas y expertos en política fiscal que informe a la Junta Directiva de CMAP y recomiende medidas de acción sobre un pequeño grupo de cuestiones de política fiscal local y estatal.
Las recomendaciones en VAMOS AL AÑO 2040 intencionalmente no se centran en aumentar las tasas de impuestos ni en aumentar los ingresos generales para el estado y los gobiernos locales. Las reformas pueden ser estructuradas para mantener los impuestos al mismo nivel por todas partes. Pero incluso sin añadir nuevos ingresos, la reforma estatal y local de políticas fiscales ayudará a nuestra región a ser económicamente competitiva a largo plazo.